La felicidad nace de una sensación de bienestar que nos ayuda a vivir de mejor forma, por ende, nos produce satisfacción. Para cualquier persona que convive en el mundo del trabajo, es de suma importancia en su día a día. La vida laboral, como toda relación es compleja, donde podemos tener situaciones muy agradables como otras pueden no serlo tanto. Sin duda, lograr la felicidad laboral debe ser un trabajo recíproco entre empleadores y colaboradores, ya que los beneficios de tener trabajadores felices fomentarán, entre otras cosas, mayor compromiso y con eso una mayor eficiencia en el trabajo. Para que de verdad funcione, ambas partes deben ganar.
Entonces, ¿por qué tenemos esa idea de que el trabajo no necesariamente debe gustarnos, ya que es una obligación el ganarnos la vida?, ¿y vivimos esperando los viernes…o el domingo en la tarde empezamos a desanimarnos al acercarse el lunes? Pensar así sólo hará que nos desgastemos más, debemos disfrutar nuestro trabajo, de esta manera dejaremos de pensar así. No sabría decir si todos han sido capaces de sentirlo, pero la felicidad en el trabajo sí existe…por algo la ONU instauró el 20 de marzo como día internacional de la felicidad, reconociéndola con el papel fundamental que tiene en la vida de cada uno de nosotros; Y en el trabajo es donde pasamos más tiempo de nuestras vidas, por lo tanto , debemos intentar sentirnos satisfechos.
Dentro de la psicología positiva, existe un concepto denominado “fluir”, que tiene relación con el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma, algo así como lo que nos definen en la película de “Soul” como “la zona”, ese lugar donde estas disfrutando al máximo de algo…eso también nos puede ocurrir en el trabajo, cuando estamos completamente absortos en algún proyecto o disfrutamos compartir con nuestro equipo o alguna tarea en particular y aunque estés trabajando, esos momentos de felicidad podemos compararlos de igual forma como cuando compartimos con nuestra familia o con amigos. Y si logras tener de manera recurrente estas situaciones en “la zona”, el resultado es que el trabajo deja de ser solamente quien paga mis cuentas y deudas.
La respuesta a si podemos conseguir la felicidad en el trabajo, es un sí…es posible, pero como toda relación es cosa de dos. Por un lado, las organizaciones deben realizar las políticas más propicias para lograrlo, por otro lado, los trabajadores también deben poner de su parte para que todo funcione. De hecho, al contrario de lo que se suele creer, la felicidad no solo está ligada a una buena remuneración (que claramente es un aspecto relevante), sino también a otros aspectos como el clima laboral y tener espacios para fomentar la creatividad pueden ser mucho más relevantes para lograr más instantes de felicidad.
Para lograr la felicidad no existe una fórmula única, ya que cada uno de nosotros tenemos un concepto subjetivo de ella y lo que me puede dar alegría y satisfacción a mí no necesariamente se lo dará a mi compañero de trabajo. Pero si profundizamos un poco más en qué factores ayudarían a promover la felicidad en el ambiente laboral, podemos mencionar los siguientes:
- Sentirse apreciado: Cuando te demuestran que aprecian tu trabajo y dedicación, esto crea lealtad y un ambiente de trabajo positivo.
- Generar buenas relaciones en el trabajo: tanto dentro del equipo, como al coordinar entre distintos equipos de trabajo.
- Tratar a las personas justamente: lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, como también una remuneración justa. Pero además dentro del mismo equipo de trabajo dar las oportunidades de la manera más equitativa posible sin mostrar favoritismos.
- Empoderar a las personas para hacer lo que hacen mejor: esto habla de lograr en los trabajadores el sentimiento de control sobre su trabajo, usando sus fortalezas para lograrlo.
- Desafiar a los trabajadores a ser la mejor versión de sí mismos: aprendiendo habilidades nuevas, usando la creatividad constantemente.
- Realizar un trabajo que vale la pena: sentir que el trabajo que se realiza vale la pena e impacta en la sociedad.
Si bien es cierto que es imposible para los empleadores el poder controlar todos los factores que contribuyen a la felicidad en el trabajo, también es cierto que pueden ayudar a crear las condiciones más adecuadas para intentar lograrlo.
Y lo más importante, la felicidad es una elección y una opción individual, es cuestión de actitud, un estado de ánimo personal e íntimo, pero que está influenciado por múltiples circunstancias. Un ambiente de trabajo positivo y saludable es un buen punto de inicio para aquello. Pero también yo como individuo debo aportar para que exista, tratando por ejemplo de ser más flexible, optimista, confiando en mi equipo, comprometiéndome, disfrutando y divirtiéndome, aprendiendo y sobre todo encontrando significado a lo que hago.
En nuestra vida laboral siempre habrá actividades más aburridas que otras, compañeros que no te agraden, clientes más difíciles de tratar y jefes complicados. La felicidad en nuestro trabajo no se logra haciendo desaparecer esas dificultades, sino que se consigue siendo feliz a pesar de ellas. Esta decisión de ser feliz contribuye entre otras cosas a tener una mejor salud mental, además de que podamos alcanzar un sentido de plenitud que se vuelve nuestro soporte para rendir al máximo y desarrollar nuestro potencial personal. ¡No sé tú decisión, pero la mía es ser feliz y te invito a tomar ese camino!!
Macarena Flores
Orientadora Laboral