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De habilidades blandas a habilidades esenciales

Hoy en día en el ámbito laboral se está tomando cada vez más en cuenta que los trabajadores posean habilidades blandas como parte de un adecuado desempeño laboral y como complemento a las habilidades técnicas. Lo primero que cabe preguntarnos es ¿Qué entendemos por habilidades blandas? Éstas, también llamadas “core skills”, se describen como “características básicas del siglo XXI, son habilidades socioemocionales enfocadas en mantener una comunicación efectiva en el entorno laboral, habilidades para interactuar de manera asertiva, empática y rasgos que fomentan una adecuada relación con las personas y que se asocian a un contexto socioeconómico marcado por la digitalización y transformación de los entornos laborales”. Las habilidades blandas se han convertido en habilidades esenciales, cuando apuntamos a trabajar adecuadamente en equipo, ayudan a solucionar problemas o dificultades que se van presentando, se genera una red importante de apoyo en resolución de conflictos ya sea en términos interpersonales o técnicos, por lo tanto, son de gran relevancia para lograr un desempeño óptimo en la organización.

Algunas habilidades blandas que se pueden mencionar son las siguientes:

  • Capacidad de Comunicación: Poder comprender a los demás y comunicarse de tal manera de poder decir las cosas de forma amable y poniéndose en el lugar de los demás. 
  • Trabajo en equipo: Ser capaz de trabajar con los demás, tener confianza en delegar o compartir tareas y realizarlas en conjunto aportando y respetando las ideas de los otros.
  • Resolución de Problemas: Ser capaz de detectar dificultades y buscar fuentes de información o ayuda colaborativa para resolverlo.
  • Creatividad: Ser proactivo en la propuesta de ideas que ayuden a mejorar el trabajo que se está realizando y buscar nuevas formas de hacer las cosas frente a desafíos. La creatividad promueve la innovación y guarda bastante relación con el pensamiento crítico
  • Pensamiento Crítico: Tiene que ver con la promoción de ideas innovadoras y resolutivas que promueven un proceso crítico de reflexión y procesos de aprendizaje.
  • Efectividad personal: Se refiere a poder realizar un trabajo de manera eficiente y eficaz con autonomía.
  • Autocuidado: Cuidar de uno mismo y de los demás para evitar situaciones que nos lleven a un posible estrés laboral. Respetar tiempos de descanso, horarios de alimentación, etc.
  • Adaptación al cambio: Ser flexibles a propuestas nuevas de trabajo y ejecutarlas de la mejor forma posible. Tener la capacidad de cambiar uno mismo la forma de trabajo en la medida que lo vaya requiriendo la empresa o el contexto sociocultural.
  • Motivación: Realizar un trabajo de manera que nos reporte un estímulo y sea atractivo para uno y motivar al resto de personas que trabajan con uno.
  • Trabajo colaborativo: Es decir, poder ser un aporte en tiempos de crisis, ayudar a resolver posibles coyunturas laborales.

En estas diez competencias, hemos resumido algunas de las capacidades más esenciales que busca un empleador a la hora de contratar a alguien en la oferta de empleo, sin embargo, también es importante mencionar competencias como la flexibilidad y habilidades comunicativas que son de gran relevancia en el contexto actual que nos encontramos viviendo, en el cual hemos tenido que adaptarnos a una forma de trabajo digital y colaborativo. 

Es perfectamente posible que no contemos con todas estas habilidades, así como también, que algunas instituciones privilegien unas más que otras, sin embargo, un punto importante es realizar un trabajo de autoconocimiento para dilucidar si contamos con algunas de ellas o bien podremos buscar herramientas o situaciones que me ayuden a desarrollarlas. 

Al potenciar y desarrollar nuevas habilidades podremos cumplir de mejor manera con lo que se espera de uno laboralmente y contribuir a un buen clima organizacional. Dándose dichas condiciones, gracias a nuestras habilidades, nuestro rendimiento puede ser cada día mejor.

Andrea Millán

Orientadora Laboral