El concepto jubilación viene del latín iubilare, que significa algo así como “gritar de alegría”. Dicha etapa supone una pausa en el ámbito laboral, una etapa donde nuestra actividad decae, al no relacionarnos de modo directo y diario con un equipo y los desafíos que el trabajo impone.
Pero ¿Cómo enfrentar esta etapa?
En términos concretos, jubilar es terminar una etapa laboral activa, para pasar a otros proyectos, ya sean personales o familiares.
Para muchas personas, jubilar puede ser sinónimo de vivir un duelo, ya que una parte muy importante de mi vida, que ha ocupado la mayor parte de mi tiempo, ya no está.
Por este motivo, acercarse a esta etapa de la vida puede suponer cierta angustia, entendiendo que puede ser menos atractiva en términos de la actividad diaria que realizo. Trabajar supone una serie de acciones y rutinas, como levantarse a una hora específica, llegar a la hora, arreglarse o trasladarse a un lugar de trabajo.
En los tiempos actuales, ya no se piensa en la jubilación como una etapa de no actividad, por el contrario, el nuevo paradigma ha llevado a esta etapa a un periodo en el que cesa el trabajo, pero por ningún motivo la movilidad. Entendiendo que nuestra esperanza de vida es aún mayor que hace décadas, la prolongación de esta supone también nuevos proyectos, hobbies y acciones que cuando estuve laboralmente activo no pude realizar, principalmente por no contar con el tiempo necesario.
Algunos tips para sobrellevar esta etapa:
- Prepararme psicológicamente para vivir este duelo: es importante tener claro que este día llegará y verlo como algo positivo y como el inicio de una nueva etapa, no como el fin de otra.
- Pensar qué me gusta o qué he postergado: realizar actividades de mi agrado, que me brindan placer o que no pude llevar a cabo por encontrarme ocupado u ocupada. Puede suponer un reto, donde puedo ir planificando distintas acciones a realizar cuando me jubile.
- Moverme: la actividad física es fundamental, no sólo por salud física, sino que mental. Puedo realizar las actividades que tenía postergadas, siempre centrándome en mis condiciones de salud a la hora de comenzarlas.
- Seguir aprendiendo: si tengo algún pasatiempo o curiosidad sobre algunos temas, es el momento de abordarlos, entendiendo que nunca es tarde para aprender nuevas habilidades o conocimientos.
- Disfrutar la vida: me queda mucho tiempo útil aún. Disfrutemos a nuestra familia, amigos y atrevámonos a llevar a cabo actividades novedosas, sin remordimientos.
Finalmente, la jubilación puede suponer una etapa de pérdida, pero a la vez, de ganancia de tiempo, posibilidad de descanso y de realizar actividades que me generen satisfacción. Veamos esta etapa como positiva, también como una oportunidad para seguir viviendo y disfrutando de las cosas que aún me quedan por experimentar.
Carolina Yuseff
Orientadora Laboral